Mariem Hassan, documental “La Voz del Sáhara”

La Voz del Sáhara

MARIEM HASSAN · la Voz del Sáhara · the Voice of the Sahara

Al subir a promonubenegra, nuestro canal en YouTube, el documental producido en 2008 por canalmicro y Nubenegra, aprovechamos para incorporar al blog otras tres palabras en hasanía y lo que dichos términos representaban para Mariem: ahrab, haadiz y Cuba.

Versión en Inglés: The voice of Sahara

El documental recoge la transformación que experimenta una cantante, integrada en un grupo musical junto con otras cuatro voces femeninas, al convertirse en una artista solista, liderando su propio grupo.

Fue estrenado en el festival de cine FISAHARA 2008, celebrado en el campamento de refugiados saharauis de Dajla en Argelia. Ha sido proyectado en numerosos festivales de World Music en medio mundo, con la participación de Mariem en los coloquios posteriores. Fue tal la repercusión que tuvo, que Mariem, al sentirse tan valorada y querida por su público, terminó aceptando el puesto de Embajadora Cultural del Pueblo Saharaui.

La historia completa en: MARIEM HASSAN, La Voz Indómita (del Sáhara Occidental). Un documento único: Libro + CD + DVD

AHRAB // HUÍDA // ESCAPE

Tres veces he tenido que darme a la fuga porque mi integridad peligraba.

La primera vez fue cuando me casaron, tenía 13 años y lo hicieron según una antigua, por fortuna, costumbre nuestra. Yo no me quería casar pero mi familia me decía que tenía que casarme con ese hombre. Mis hermanos mayores no estaban de acuerdo pero mi padre y mi madre mandaban en casa. Me acuerdo que la noche de bodas me vistieron con una melfa blanca y otra negra y entre dos me llevaron a la fuerza a la puerta de otra jaima. Yo iba llorando y gritando que no quería. Cuando él llegó me cogió fuerte. Yo me quería soltar y protestaba mucho pero no me hacía caso. Y vino mucha gente y cantaban canciones y cuando me dejaron con él yo me puse a llorar y a llorar. En cuanto aflojó la mano me escapé y yo salí corriendo a mi jaima. Él tenía unos 25 años.

Cuando llegué a la jaima mi madre me preguntó por qué me había ido. Le contesté que no me gustaba. Y ella siguió: pero Mariem, si es un buen hombre. Si él venia a mi jaima, yo salía corriendo a una de mis hermanos y no dejaba que me viera. Y así estuve tres años, hasta que mis hermanos le pagaron un dinero para que me diera la carta del divorcio. Fue cuatro o cinco días antes de salir del Sáhara.

La segunda vez fue en Smara. Soltaron a algunos presos saharauis que estaban detenidos por los españoles y se montó una fiesta a la que acudí. En esa fiesta fue la primera vez que yo vi una guitarra que la tocaba un chico. Y yo canté y vino la policía de España con porras y todos salimos corriendo. Yo salí por una ventana. Tenía 15 años.

La tercera vez fue la más dramática. La más dura para mí y todo mi pueblo. Yo no vi la marcha verde pero sí escuchaba que mis hermanos decían que la marcha verde iba a entrar mañana o pasado mañana. Estaban muy atentos a la radio. Veíamos que pasaban grupos huyendo por donde estábamos. Una noche mis hermanos dijeron que nos íbamos, que nos llevábamos las jaimas; las cuatro, porque estaban mis tíos y mi hermana mayor. Y también el agua y la comida. Todo, en dos coches que tenían mis hermanos. Los demás salimos andando con el ganado. Toda la noche andando, hasta que al amanecer llegamos a un río y allí nos quedamos esperando que se volviera a hacer de noche. Entonces llegaron mis hermanos con los coches. De día no se movía nadie, teníamos mucho miedo. No queríamos ver a los marroquíes. Escuchábamos sus bombas, bum, bum, bum, por el norte, cerca de Smara y de Hausa. Yo tenía 17 años. Subimos en los coches, en uno las cabras y en otro las personas, y nos fuimos a Wad Meheriz, y nos quedamos allí 20 días, hasta que llegó una caravana argelina con comida, ropa y medicamentos. Nos cambiaron hacia Tifariti porque los aviones marroquíes estaban bombardeando Um Draiga y había muchos muertos y heridos. En Tifariti nos quedamos dos días. Yo hice, como las demás, una jaima con mi melfa, para proteger a los niños del sol. Pero no valía ni para el frío ni para la lluvia. Otros hicieron pequeños hoyos junto a los árboles, para protegerse. A los dos días salí en una caravana que nos llevó a Rabuni. Se quedó mucha gente esperando. Al irnos los aviones marroquíes empezaron a bombardearnos. Cuando llegamos a Rabuni la caravana volvió a por más refugiados.

English

My integrity has forced me to run away from my life three times.

The first time I was just 13 years old when I was forced to marry because of an ancient custom of our culture. I didn’t want to get married but my family told me I had to marry this man. My older brothers didn’t like the idea, but my mother and father had the final word in our house. I remember that on our wedding night they dressed me a white melfa and a black melfa and they needed two people to bring me to the door of the other jaima (tent) because I was crying and screaming in such defiance. When I arrived at his home, he grabbed me forcefully. I struggled against him, trying to run away but he ignored my protests. Many people came, they were singing songs and then left me alone with him. I began to cry and cry. As soon as he released his grip on me I bolted away, running to my family’s jaima. He was 25 years old.

When I got home my mother asked me why I had run away. I told her that I didn’t like that man. She told me: “Mariem he is a good man.” But when he came to my parent’s tent I ran away and hided at one of my brothers’ tent. I continued on like this, from one family member to another for almost three years until my brothers finally paid him to allow us to get a divorce. This was just four or five days before we had to leave the Sahara.

The second time was in Smara. They had released some Western Saharawi prisoners who’d been arrested by the Spanish. I joined the big celebration party. This was the first time I’d seen a guitar. A boy was playing it and I was singing. The Spanish police came with nightsticks in hand so we all ran as fast as we could. I jumped out the window. I was 15 years old.

The third time was much more dramatic. It was the most difficult moment for me and my people ever have been through. I didn’t see the “Green March” but I heard my brother’s saying the Morrocan troops would come either tomorrow or the day after. They were glued to the radio. We saw group after group fleeing. One night my brothers told me we had to pack up our jaimas – there were four tents altogether, including my uncles and my older sister – we also packed water and food all into my brother’s two cars. The rest of us begin the escape on foot with all of our livestock. We walked all through the night until sunrise met us at a river. There we waited until nightfall to hide from danger. At that point my brothers arrived in their cars. During the day nobody could move. We were petrified that the Morrocans would spot us. We could hear the bombs, bum, bum, bum, to the north, near the towns of Smara and Hausa. I was 17 years old. We packed the goats into one car and the family squeezed into another and we set out for Wad Mheiriz. There we waited for 20 days and 20 nights until an Algerian truck came to bring us food, medicine and clothing. From there we were taken to Tifariti because the Morrocan airforce continued bombing and in Um Draiga many people had been wounded and killed. We waiting in Tifariti for 2 days. I did what all of the others did, making my melfa into a sort of tent to protect the little ones from the sun. This was worth little to protect them from the cold of the night and the pouring rain. Others dug pits next to the trees to protect themselves. After two long days another truck came and brought us to Rabuni, leaving many of our people behind us waiting. As soon as we left the Morrocan airforce began dropping more bombs. Getting out in Rabuni the truck immediately headed back from where we had come to collect more refugees.

HAADIZ // ACCIDENTE // ACCIDENT

Afortunadamente no he tenido accidentes graves. En los viajes lo paso mal cuando hay curvas o cuando el avión inesperadamente se mueve. Suelo gritar “¡Mulana! ¡Mulana!” (¡Dios mío! ¡Dios mío!).

Pero tengo una experiencia horrible de un accidente que tiene que ver con mi carrera musical, en los inicios del grupo Luali. Fué en 1978, acabábamos de celebrar el anniversario del 27 de Febrero y nos llamaron para una gira por Etiopía. A mí, a Kaziza, Um Murguia, Halida, Mora, Brahim, Salek y Tammy.

Salimos enseguida desde Tinduf por la noche, porque el 8 de marzo ya teníamos conciertos. Todo el mundo estaba muy cansado tras los conciertos del 27 de febrero. Íbamos dos coches. Cuando pasamos un pueblo pequeño llamado Hejbeit, se quedó un coche un poco atrás y el otro se fue corriendo. Entonces el conductor se durmió y el coche se salió y dio varias vueltas de campana. Fue un accidente muy grave. Murieron Halida y Salek, y Kaziza se quedó sin memoria.

Los que íbamos en el coche primero seguimos y seguimos, pero veíamos que no aparecía nunca la luz del otro coche. Paramos para ver si llegaban. En esto pasó un camión argelino y le preguntamos y nos dijo que un coche con saharauis  había tenido un accidente y que había muertos. Todos nos pusimos muy nerviosos. Tammy nos hizo bajar y volvió el solo y encontró al conductor chorreando sangre con un golpe en la cabeza y Kaziza que no sabía dónde estaba, ni si era de noche o de día, y los otros dos muertos. Nos quedamos toda la noche en la carretera. Todos muy tristes.

En un pueblo antes de Bechar dejamos a los muertos y a Kaziza y al conductor herido en un hospital y seguimos para Argel. Llegamos por la tarde y por la mañana cogimos el avión. Argel, París, Roma, Mostar, Sudán y Etiopía. Cinco aviones hasta Abdis Abeba. Allí al llegar al teatro nos esperaba una foto grande de Halida muerta con un velo negro rodeándole la cara. Estuvimos dos semanas con conciertos. Yo llevaba uniforme militar y Um Murguia ropa tradicional. En uno de esos conciertos representamos, como si fuera una pequeña obra de teatro, el accidente.

English

Fortunately, I never had any serious accidents. When I’m travelling I do get scared if a sharp curve is taken too fast or a plane suddenly jolts in the air. I just scream Mulana! Mulana! (Dear God! Dear God!)

But there is one horrible accident, which tainted the beginnings of my musical career, just when we started the group Luali. It was in 1978, we had just celebrated the anniversary of The 27th of February (our “Independence Day”) when we were asked to go on tour in Ethiopia: Kaziza, Um Murguia, Halida, Mora, Brahim, Salek, Tammy and me.

We left immediately, driving by night in two cars from Tindouf because we had concerts scheduled starting the 8th of March. We were all exhausted because of the concerts we’d given for The 27th of February. When we reached the tiny village of Heibeit the second car had fallen a bit behind us while we were racing ahead. It was then that the driver of the other car dozed off, he veered off the road and the car flipped a number of times. Halida, and Salek died. Kaziza, survived but couldn’t remember a moment of the accident.

Those of us in the front car continued on until we finally realized that we were no longer seeing the lights of the other car behind us. So, we stopped and waited for them to catch up. While we were waiting an Algerian truck came along the road which we stopped to ask the driver if he’d passed their car. He said that a car of Sahrawi’s had been in an accident and that some of the passengers had died. We were all shocked and scared. Tammy went back while we waited there and he found the driver gushing blood from his head and Kaziza was delirious, he had no idea if it was day or night or where he was. The other two were already dead. We spent the entire night by the roadside, utterly despondent.

We drove the corpses to a town near Bechar and left Kaziza and the wounded driver at the hospital. Then we continued on to the airport in Algiers. We got there in the afternoon and caught a flight the next morning for Paris, continuing to Roma, Mostar, Sudan and finally we arrived in Abdis Abeba. They drove us to the concert-hall where we were met by a large picture of Halida, dead, with a black cloth draped around his face. We performed for 2 weeks straight. I wore military garb and Um Murguia wore traditional dress. We performed in one of these concerts the accident as a theatrical play.

CUBA

Mi relación con Cuba se limita a mi participación en el XI Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes que se celebró en La Habana en 1978. Su lema era: ¡Por la solidaridad antiimperialista, la paz y la amistad! En él participaron 145 países. Recuerdo también que en aquél verano tuvo lugar un golpe de estado en Mauritania que permitió la liberación de los territorios que había ocupado en el Sáhara Occidental.

Tuvo lugar a finales de julio y asistí con el grupo Mártir Luali, que se había creado a principios de año. Viajamos a Cuba en barco, tanto a la ida como a la vuelta. Salimos del puerto de Orán. Fueron 15 días para ir y otros tantos para volver. En la isla estuvimos la semana que duró el festival.

El barco transportaba a las delegaciones de los países africanos que participaban en el festival, de modo que cada noche organizábamos nuestro particular festival con conciertos de los músicos que viajábamos. Así se hizo más llevadero el trayecto.

En el momento de nuestra presentación, la delegación marroquí nos atacó con piedras, tomates y huevos. Las fuerzas de seguridad cubanas y argelinas nos defendieron. La dirección del festival canceló la participación de Marruecos en el evento.

Menos suerte tuve 30 años después con CUBADISCO 2008, dedicado a África y su diáspora. Había sido seleccionada para asistir pero andaba renovando mis papeles y no llegaron a tiempo. Fue una pena pues mi hijo mayor estaba estudiando allí y tenía doble motivo para ir.

English

My relationship with Cuba is limited to my participation in the XI World Festival of Youth and Students held in Havana in July 1978. The theme of the event was “anti-imperialist solidarity, peace and friendship”. It was attended by 145 countries. During July 1978, I also remember the military coup in Mauritania and the consequent liberation of the occupied territories in Western Sahara previously invaded by aforementioned country.

I went with the group Martyr Lualy, being my first participation with the band after its creation in 1976. We travelled to Cuba by ship from Oran. The ship was carrying delegations of African countries participating in the festival. The long trade took 15 days to Cuba. On board, we organized our particular concerts with the touring musicians. This cheerful mood made the journey more bearable. On the island, I stayed during the week-long festival.

At the time of our presentation, the Moroccan delegation attacked us throwing stones, tomatoes and eggs. At that moment, the Algerians and the Cuban security forces defended us. The festival organisation decided to cancel the participation of Morocco in this international event.

I had even less luck with CUBADISCO 30 years after 2008, dedicated to Africa and its diaspora. I was selected to attend but my new passport did not arrive on time. It was a shame because my oldest son was studying there and had double reason to go to Cuba.

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