Bidinte, en este mes de marzo no podemos dejar de pensar en ti. Se cumplen dos años de tu partida. Llegaste a España desde Portugal, procedente de un país africano, desconocido por la práctica totalidad de los españoles, Guinea-Bissau.
Espabilado, simpático, enamoradizo, tu primer flirt -el más fulminante- fue con la guitarra española en su vertiente flamenca. Parece que su cadencia, sus ritmos, sus falsetas, encajaban a la perfección con la música popular de tu tierra. Madrid te acogió y te hizo un hueco en Lavapiés. Y desde allí abriste tu corazón al mundo entero. Tus canciones revoloteaban arropadas por tu jubilosa sonrisa; mecidas por la dulzura de tu lengua “kriolla”; crecían azuzadas por tu perseverancia en los mensajes amables con los que las presentabas.
Tus tres canciones que mayor difusión alcanzaron perfilan una imagen tuya profundamente humana. En “Ke cu minino na tchora” ya aparecen los niños, llorando hartos de la devastación de las aldeas y los campos, producida por el colonialismo europeo. En “Samba da emigraço” la emigración es la nueva forma de esclavitud. La tierra abandonada te reclama, el camino de regreso es una senda sagrada. Y en “N’na dau um beijo” el beso de la partida se hace irresistible.
Bidinte fue muy considerado con su público, siempre sorprendía con alguna canción nueva en señal de agradecimiento a las oportunidades que le brindaban con su presencia.
Y, si se le deja solo… FNAC Callao, Madrid, 25 de marzo de 2003.