Como máximo responsable de Nubenegra siempre he intentado que los artistas desarrollaran lo mejor de sí mismos. Normalmente aquello que más me había atraído al conocerlos. Esto no impedía que cuando surgían elementos novedosos a lo largo de su carrera en Nubenegra no los aprovechásemos en beneficio de todos.
Nada mejor que repasar el ejemplo de tres hermanos llegados de Louga, norte de Senegal, Ass, Mass y Pap. Djanbutu Thiossane (Tradición Familiar) es el nombre artístico que adoptaron como grupo musical. Muy simpáticos, un poco pícaros y con un tremendo sentido del ritmo. Lo que hacían y hacen con los tambores son auténticas diabluras.
En Madrid consiguieron seducir a un numeroso público local al que transmitieron su amor por el “mbalax” y los “djembes”, danza y tambores de los wolof. Y también a cantidad de niños con sus talleres: “Los tambores hablan”.
¿Qué mejor tema que su “¿Qué comemos?” para hacernos pasar un buen rato? Una anécdota sirve de argumento para ponernos en marcha, lo queramos o no. Como musulmanes que son, cuando andan de gira, en este caso por España, lo que les preocupa cuando llegan a una ciudad no es conocer el local en el que deben actuar o el hotel en el que pasarán la noche. No, lo que los tiene en vilo es la comida que pueden comer, la que no lleva cerdo. Por eso se preguntan ¿qué comemos?
La letra lo deja muy claro:
En Madrid, sopa cocido. Eso sí, sin el tocino, ni la morcilla, ni el chorizo habituales.
En Andalucía, gazpacho.
En el País Vasco, bacalao.
En Cataluña, arroz “neguro” (negro, evidentemente).
En Valencia, “pallella”.
Pero no quieren olvidarse que procedende Senegal donde lo que comen casi a diario es el sabroso “thieboudienne”, (pronunciado “yebuyén”).
En directo era una fiesta. Si había algún senegalés en la sala, saltaba enseguida al escenario para mostrar su destreza en el baile. Y, si no, una aventajada alumna se encargaba de dejar claro los progresos realizados.
A propósito, ¿qué comemos hoy?
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Yo los conocí en Madrid, en el barrio de Lavapies a finales de los noventa. Daban talleres de percusión y danza africana y llegué a tocar con ellos en algún bolo. Y desde entonces ahí sigo, dando clases de percusión en Bilbao!!
Muy buena onda!