Desde la aparición en mayo del 98 de los discos A pesar de las heridas y Sáhara, tierra mía, Leyoad -el grupo de músicos y cantantes saharauis que llevó a cabo la presentación de aquellos primeros registros en toda Europa- ha ido tomando cuerpo gracias a la presencia en su seno de dos figuras capitales en la música saharaui actual: la cantante Mariem Hassan y el músico y poeta Nayim Alal.
La primera gira europea de Leyoad tuvo lugar en aquel verano y se prolongó hasta bien entrado el otoño. Eran tiempos en los que el referendum (para la autodeterminación del Sáhara Occidental) se veía al alcance de la mano. Tanto, que la gira peligraba ante el inminente traslado de la población desde la Hamada argelina al interior del Sáhara Occidental con motivo de la consulta. Cuatro años después las cosas en Tinduf siguen igual; es decir, siguen peor.
A pesar del drama que continúa viviendo el pueblo saharaui, sus músicos han estado a la altura de las circunstancias. Salvaguardando una parte importante de su cultura y, a la vez, modernizando la música tradicional -el haul- sin que ésta pierda un ápice de su esencia. Las mujeres saharauis son los pilares sobre los que se asientan los campamentos de refugiados. Ellas mantienen en pie las jaimas, articulan la vida social, crían a los niños, humanizan, en definitiva, un erial hasta el punto que han hecho posible una supervivencia digna durante los 26 años que dura el exilio.
Todo esto se trasluce en las canciones de Leyoad, reflejo de una existencia imposible de asfixiar. En ellas encontramos un buen número de cantos antiguos de medej, en árabe clásico, que nos hablan de las inquietudes espirituales del ser humano. Vienen de lejos y los saharauis acuden a ellos para solazarse. También hay composiciones nuevas de medej, respetando sus reglas; en su mayoría obra de Baba Salama, guitarrista con muchos recursos que posee un conocimiento profundo del haul.
Y están las composiciones de Mariem Hassan, autora de la memorable Canción de la Intifada, que nos obsequia ahora flamantes composiciones entre las que destacan "Sáhara neb gija", un brioso alegato sobre su pueblo indómito, y "Yasar geidu", una ilusionada explosión de vitalidad desbordante de esperanza. En Mariem Hassan todo es gracia. Su forma de desenvolverse en el escenario es armónica, su baile es delicado y natural, su voz es impresionante.
Y junto a ella, otras mujeres de singular valía. Como Shueta, la más solicitada para cantar en bodas y otras celebraciones tradicionales. Como Bouba Han, que derrocha simpatía en el cante y en el baile. Como Maga, con un dominio sólido del tebal. Como Tarba Bibo, como Fatata.
Entre los colaboradores masculinos hay que citar a Baba Salama, director musical y guitarrista, Feku guitarrista también, Jalihenna y Hababa, cantantes y, en fin, Nayim Alal, quien no podía faltar.
"Esta es la historia de la expresividad de las voces y sonidos de una tierra que busca su territorio. Las mujeres saharauis cantan en la voz de Mariem Hassan y del grupo Leyoad por el respeto y la libertad de su pueblo y hacen de su canción un arma de lucha en pro de la independencia de su pueblo. Una fiesta para los oídos en un marco de compromiso."
(Pc Actual, marzo 2002)
"Mariem Hassan's album is the rawest, dirtiest slice of blues I've heard in quite a while. Hassan and her troupe of musicians are Saharaui from West Sahara, but are now resident in Europe and recorded this album in Madrid. Like every desert blues artist I've encountered, their music has an extraordinary intensity to it; unlike many, they also have variety on their side. Some tracks are built around wailing vocals and the extraordinary amped-up electric guitar of Baba Salama, others feature accordeon or a funky horn section, and there are acoustic pieces with guitars and percussion. Vocals are shared out between women and men (although the women are the ones that really blow the roof off), one track is a children's lullaby featuring just voices and handclaps. These excellent songs (some traditional, some new) deal with cultural identity, religion and politics."
(fROOTS)
"Comme souvent chez les musiciens sahraouis, la musique de Mariem Hassan est joyeuse et entraînante en même temps que désespérée. Accompagnée du groupe Leyoad, elle exprime certes une grande détresse, mais aussi la fierté d'un peuple condamné à l'exil depuis 26 ans.
Aux chants et rythmes traditionnels (haul, medej), le plus souvent adressés à Dieu, sont venus se greffer les récits de leurs souffrances et de leurs espoirs de liberté. Aux instruments rustiques se sont ajoutées des guitares électriques qui égrènent les notes comme la tempête fait voleter les grains de sable dans le désert. Entre blues mandingue virtuose et arabesques mélodiques, Leyoad distille un groove fascinant sur lequel vient planer le chant de Mariem Hassan et de ses compagnons. Il y a dans la voix de la chanteuse les stigmates poignants de la rudesse de cette vie nomade, mais il y a aussi les reflets fidèles de la splendeur du sahara. Ceux dont l'âme s'enivre quand le corps est protégé ou oublie les extrêmes climatiques. Ceux qui laissent au coeur des souvenirs à chérir éternellement."
(Mondomix)
The group Leyoad was founded to present the two disc which have been recorded in the refugee camps: A pesar de las heridas and Sáhara, tierra mía. The first european tour started in summer 1998. It was the summer when the referendum seemed so near within reach that one were thinking to suspend the tour. Four years later the situation remains the same, let´s say even more difficult. In spite of this the saharaui musicians continue not only protecting their culture but also modernizing the traditional music, the haul, without losing not in the least their roots. And due to such fundamental figures like Mariem Hassan and Nayim Alal, Leyoad and the actual saharaui music gained a solid place in the music scene.
The women are the pillars of the life in the refugee camps. They settle the tent matters, taking care for the children´s education and the development of all social aspects. In fact, the women are humanizing a wasteland for a dignified survival since 26 year in exile.
All that is transmitted in the songs of Leyoad, such as the old once of medej, religious songs in classical Arab, talking about God, the prophet and above all, restless spiritual songs full of search for the humanity. The saharaui resort to this old religious songs is a form of self-protection and that´s why Baba Salama, guitarist with a deep knowledge of the haul, composes new songs within the traditional rules of medej. Followed by Mariem Hassan, composer of the memorable Song of "the Intifada", with songs like "Sahara neb gija", talking about indomitable people, and "Yasar geidu", a song full of life and hope. In Mariem everything is pure grace: her harmonious unfolding on stage, her delicate and natural dancing and her marvellous voice.
And together with her as well the other women, each with her merit, Shueta, the most applied to sing for marriages and traditional celebrations; Bouba, enchanting and perfect in singing and dancing; Maga, great dancer with a solid domination of the t´bal between the percussionists as well like Tarba, Fatata and Ferraha.
Within the traditional groups men occupy a second role, playing guitar, which took the place of the tidinit and singing, equally considerable as Baba Salama, composer and guitarist, Feku, guitarist also; the singer Jalihenna, pupil of the unforgetable Mahfud Alien, and Hababa, the restless creator, and in front of all, Nayim Alal, the poet.