Para ser más efectivos y racionalizar nuestra relación, tanto con los artistas saharauis como con la administración de los campamentos en el exilio argelino, era necesario volver cuanto antes a ellos. Dos de los festivales más importantes de Europa querían contar con la presencia de Leyoad y, esta vez, teníamos que cuidar todos los aspectos, hasta el más mínimo detalle para dejar muy en alto la cultura saharaui y el buen hacer de Nubenegra.
Fueron dos visitas, en febrero y mayo. Cultura se esmeró y pudimos asistir a distintas actuaciones de sus músicos, cantantes y bailarines, para tener una visión mucho más amplia de su potencial que la ofrecida en el festival del 97.
Como complemento a esta descarga del texto de La Voz Indómita, correspondiente al año y capítulo 1999, subimos a nuestro canal de YouTube -promonubenegra- dos vídeos muy divertidos de la exhibición de bailes que tuvo lugar en el mes de mayo en el Club de Smara.
El primero, “Nayat y el viejo, resulta fascinante. Es una especie de parábola coreografiada de la vida antigua saharaui. Una hermosa mujer, la bailarina Nayat Emgaizlat, se comporta de un modo arrogante con un anciano, Maddi, que luce un tremendo bigote blanco y al que maltrata humillándolo con sus devaneos al ritmo de serbat. Cuenta para ello con la colaboración de un joven bailarín, Mohamed Nouf, que entra portando el cuenco que los saharauis utilizan para la leche de la camella. Ella se lo ofrece una y otra vez al desventurado viejito, escamoteándoselo siempre en el último instante, cuando ya está al alcance de sus manos. Luego, el joven vuelve con el odre que los saharauis emplean para batir la leche, y colabora abiertamente en nuevas vejaciones. Lleva en su mano un bastón con el que vuelca el cuenco, que supuestamente Nayat está llenando con la leche del odre, situado junto al viejito.
Éste ya no aguanta más humillaciones. Con la ayuda de su bastón se levanta, da media vuelta y salta con inesperado ímpetu que deja asombrados a los dos acosadores, a los músicos y a todos cuantos presencian la escena. Y no duda enfrentarse al joven, bastón contra bastón, hasta derribarlo. El viejo, renqueando, recoge el cuenco y, finalmente, Nayat de buen grado se lo llena de leche. Bebe y satisfechos ponen fin a la parábola.
En el escenario hay varios guitarristas, pero el que toca el baile es el jovencito Ahmed Ahmed Zeim. Hay cinco tebales sonando. Reconozco a Shueta, a Aicha y a Fatata entre las percusionistas.
Precisamente Fatata Mohamed es la protagonista del segundo vídeo. Se trata de un descomunal ”Juego del tambor” en el que ella se enfrenta solita a cinco tebales. No se puede describir, hay que verlo. En la coreografía cuenta en una segunda parte del tema, cuando el ritmo se aviva, con la colaboración de Maddi, ya sin los bigotes, y otros dos bailarines, Salek Ahbeila y Mohamed Nouf, que sostienen bailando tres de los tebales, mientras ella los percute siguiendo el ritmo. Un juego del tambor apoyado por la batería de Gringo.
Bidan en estado puro.
Y ya sabéis, el libro con las fotos, el CD y el DVD, en las librerías o pidiéndolo a Nubenegra. En castellano y inglés. Y ahora, en alemán, recién publicado en Alemania.